Personal Development

During the last couple of months, I’ve been reading a lot about how to tap into your intuition (aka. gut instinct). Intuition can be defined as your “immediate understanding of something”. It describes those times when, without any logical explanation, you know, deep within you, that something is, or isn’t right. It sounds simple, no? 

The issue is, however, that since the very day we are born, we are taught not to trust our intuition, and instead, to follow what society deems acceptable and right. I know I’ve personally felt it so many times; being pushed to do one thing, when in fact, I want to do the complete opposite. Unsurprisingly, it is precisely those times, when I ‘force’ myself into doing something that doesn’t feel right, that I burn out, things turn out wrong or I feel miserable inside. Instead, when I take some time to be still and really feel the direction I want to go, everything flows, things are easy and I have inner peace. These are two steps that have helped me, and I know, can also help you, to tap into your intuition:

Step 1: Become conscious of the societal expectations guiding your decision-making

We’d all like to think we make our own choices and design our future, but that’s hardly the case. Our family, friends, culture, teachers…they place pressure on us to act a certain way; a way that is aligned to beliefs other than our own. And it is just so easy to follow along, that we end up doing it most of the time.

The result?

Once we do it often enough, we lose our ability to distinguish between our own and other people’s desires for our life. We convince ourselves we want what others want just because that makes it easier to fit in. It means we avoid the risk of being different. However, it also means we end up suppressing our intuition in favour of following the status quo. 

Thus, the first step to tapping into your intuition is to actually become conscious of the societal expectations you’re conforming to. Ask yourself: who says? Why are you doing what you are doing? How did you end up where you are?

Common societal expectations that dictate our behavior and opinion of ourselves include going to school and achieving top grades, getting a corporate job with a high salary, getting married, buying a house, having kids, etc. There is nothing wrong with these things, but the issue arises when you feel pressured to do them out of fear of what might happen if you don’t. The issue arises when you do them by default, without realising you have a choice to do something else that may be more aligned to who you truly are. This takes me to step 2.

Step 2: Take time to connect with yourself. 

It is no wonder that we’ve lost our ability to tap into our intuition in a world where busyness, notifications and flashing lights fill up every second of our day. Connecting with our instincts requires slowing down and really feeling the emotions that arise from a particular situation or decision. Try clearing your mind and giving yourself space via yoga, mindful breathing, walking in nature, journaling or even just lying in bed in silence (no music, no texting). 

Importantly, remember not to place too much pressure on yourself. It’s fine if, after meditating you still don’t have full clarity. The key is consistency and patience, and if you continue to start trusting yourself in the little things, you’ll realise that, slowly, you feel more free because you won’t need anyone else to approve your choices. 

So, how do you know when you are on the right track?

Personally, I know I’m making the right choices when I feel light when the thought of doing/not doing something feels expansive, it could even be scary, but it has to feel expansive. This is when I know I’m free to let go of the outcome and any specific expectations; this is when I know that I am fully supported and can be/achieve whoever/whatever I want.

Por un lado recuerdo mi primer día estudiando la universidad en Inglaterra como si fuera ayer, pero al mismo tiempo, siento que soy una persona completamente diferente. Cuando llegué tenía tanto miedo de todo; de estar sola, de defraudar a otros ( y a mi misma), de no hacer amigos, de extrañar a mis padres, etc. Y aunque sería una mentira decir que a veces no experimento algunos de estos miedos, también puedo decir que los percibo de una manera diferente. Es increíble lo mucho que se aprende de una misma cuando se está en un país extraño y en este blog te quería compartir 3 lecciones que aprendí en la universidad (aunque supongo que las podrías aplicar a cualquier momento de tu vida). Estas lecciones me han ayudado a encontrar paz y felicidad en mi día a día, incluso cuando estoy atravesando épocas difíciles. 

1. Está bien no estar bien de vez en cuando.

En la vida experimentamos todo tipo de emociones, y aunque usualmente intentamos huir de la tristeza y solitud, la verdad es que nos hace bien sentirlas de vez en cuando. Durante mi tiempo estudiando hubieron días que me sentí triste, sola, cansada y desmotivada. Sin embargo, en los momentos en que intentaba ‘resistir’ estas emociones, simplemente se acentuaban más y yo me sentía más agotada. En los últimos años aprendí a re-interpretar mis emociones y reconocerlas como una guía de lo que mi cuerpo quiere o necesita. Si me siento triste, reflexiono en por qué me siento así, y luego acojo a esa emoción por un momento (a veces 10 minutos, una hora o incluso un día). Cuando practicas auto-compasión, y retiras la presión de sentirte genial todo el tiempo, te vas  a sentir aliviada y verás que cualquier emoción ‘negativa’, se vuelve pasajera. 

2. Los mejores amigos llegan a tu vida de la manera menos esperada

Mis mejores amigos los conocí en la fila de una discoteca, saliendo de un restaurante, en una clase de baile y en un trabajo en grupo. Fue muy fácil empezar la conversación, y ser la versión más auténtica de mi. Muchas veces creo que complicamos la amistad más de lo necesario e intentamos ser alguien que no somos para caerle bien a personas que ni siquiera nos agradan mucho. Al igual que todo lo demás en la vida, me di cuenta de que la amistad es algo que fluye fácilmente cuando te permites explorar, conocer y ser vulnerable con otras personas. ¿Quieres atraer verdaderos amigos? Empieza a vibrar en la frecuencia más alta, es decir, expresando la versión más real y auténtica de ti.

3. Compararte con otros evita que seas libre

Otra de las lecciones que aprendí en la universidad es que la comparación no sirve de absolutamente nada. La comparación nace de la creencia de que hay una manera “correcta” o un objetivo “ideal”, y de que no hay suficiente para todos; pero ninguna de estas cosas es cierta. Mientras más te comparas, mayor presión sientes por perseguir sueños que, quizá, ni siquiera son tuyos. Imagina que una compañera de trabajo consigue un ascenso, luego se compra un auto, y luego una casa. Si continuas comparándote con ella, vas a intentar tener todo lo que ella tiene sin considerar que quizá no es lo que buscas en realidad. En los últimos años me di cuenta de que el evitar compararte te libera y te da permiso de enfocarte únicamente en lo que tú quieres realmente. 

Quizá has escuchado el termino “spring cleaning” o limpieza de primavera; usualmente es la práctica de limpiar a fondo y organizar tu casa. Sin embargo, ahora es común usar el término para hacer un detox de tu vida, deshacerte de lo que no sirve y re-alinearte con tu visión. Es una oportunidad de revisar tus creencias, objetivos y crear disponibilidad en tu mente y calendario para las cosas más importantes. Personalmente, hago este tipo de “limpieza profunda” cada 3 meses para evitar desviarme de quién quiero ser y los sueños que quiero cumplir. El proceso de spring cleaning puede tomar un día o una semana, todo depende de qué tan profundo quieres ir y el tipo de reset que le quieres hacer a tu vida. 

Mini auditoría del primer trimestre

Siempre hay que empezar reconociendo dónde estás. Es por eso que te recomiendo tomar un papel, hacer una línea vertical por la mitad y escribir dos listas respondiendo a las siguientes preguntas: 

• ¿Qué esta funcionando en mi vida?

Escribe todas las área de tu vida en las que sientes que eres feliz y estás progresando de la manera que quieres. Por ejemplo, quizá tus amistades son geniales y te encanta salir con ellos una vez a la semana, o quizá te va muy bien en la universidad y tu rutina de estudio es ideal, etc.

• ¿Qué está saboteando mis esfuerzos? ¿Qué no está funcionando en mi vida?

Ahora escribe todo lo que te está bloqueando, retardando o evitando que llegues a tus objetivos. Puede ser que no logras ir al gym tanto como quieres, o que tu relación con tu novio no va por buen camino. 

Una vez que tengas claro lo que funciona y lo que no, puedes iniciar el proceso de 4 fases para un spring cleaning y detox de tu vida. 

1. Limpieza profunda

Esta fase se trata de ser 100% honesta contigo misma, entender cuáles son las áreas de tu vida que necesitan mejorar y desenterrar tensiones escondidas. Dependiendo de lo que prefieras, puedes hacer mucho journaling, hablar con una coach o ir a un sitio en la naturaleza donde puedas pensar en paz. El objetivo principal es identificar aquellas cosas que, si lográramos resolver, todo sería más fácil y estaríamos en paz. Por ejemplo, puede ser que debes aprender a manejar la ansiedad, o el estrés. O quizá lo que te molesta es la culpa por algo que hiciste y no has resuelto. O incluso puede ser que no te va bien en tu trabajo o en la universidad. Todas tenemos una cosa (o dos o tres) que nos pesa y que hace que todo parezca más difícil. La fase de limpieza profunda trata sobre identificar qué es esa cosa.

2. Organizar

La fase dos para hacer un detox de tu vida es sobre encontrar los hábitos y rituales que te van a acercar a tus objetivos y organizarlos de una manera que se alinee a tu rutina. Piensa en las cosas negativas que identificaste en tu mini-auditoría y en la fase 1 de este proceso, escoge una de ellas y piensa en los hábitos que te podrían ayudar a mejorar en esa área. Por ejemplo, si algo que no está funcionando es levantarte temprano por la mañana, quizá el hábito que necesitas es dormirte más temprano. O si el estrés es un impedimento para ti, entonces puedes empezar a meditar 10 minutos cada mañana. A veces son las cosas pequeñas las que hacen la mayor diferencia, pero es importante saber exactamente qué es lo que quieres lograr con cada cambio en tu vida. 

3. Eliminar

El siguiente paso es empezar a eliminar todo lo que no te beneficia. Empieza por las creencias limitantes, paradigmas, y las conversaciones negativas que tienes contigo misma. Por ejemplo, es común creer que no eres lo suficientemente fuerte, o inteligente o bonita, etc. Pero no es verdad y no te beneficia pensar de esa manera, así que evalúa por qué piensas de la manera en que lo haces y toma la decisión de eliminar esos pensamientos o vocabulario negativo de tu vida. Digamos que crees que no eres lo suficientemente inteligente porque en el colegio te pusieron en el grupo de los “menos intelectuales”, pues reconoce que eso era en el colegio, pasado, y que no dice absolutamente nada de tus habilidades ahora. También sirve encontrar ejemplos en tu vida en los que te hayas sentido muy inteligente. 

Si no estás segura de cómo eliminar una creencia negativa, investiga a fondo! Usa todo lo que tienes a tu alcance incluyendo libros, blogs, videos, etc. Aunque no logres eliminar la creencia inmediatamente (nadie lo hace), simplemente entender de dónde proviene es suficiente para tener más control y mejorar en el futuro. Esta fase de eliminación también involucra deshacerte de hábitos negativos y alejarte de personas tóxicas que no te permiten ser la persona que quieres ser. Esto no significa que tienes que ser grosera ni lastimar a otros, simplemente significa que priorizas las relaciones y actividades que te dan más energía y te llenan de vida. 

4. Celebrar 

Una vez que hayas terminado los tres primeros pasos para un detox de tu vida, puedes celebrar y llenar tu vida de cosas inspiradoras. Haz una lista de todas las cosas pequeñas que sientes que te harían más feliz. Quizá quieres comprarte ese nuevo outfit que viste en una tienda, o quieres un masaje, o te encantaría ir a cenar en el nuevo restaurante lujoso que abrió en tu ciudad. Parte de vivir una vida feliz es evitar esperar a una ocasión especial o al “momento perfecto” para hacer lo que quieres hacer. Elige una (o diez!) de las cosas en tu lista y hazlo este fin de semana.